Muchos de nosotros hemos pasado por la experiencia de tener que trabajar desde casa durante la temporada de la pandemia del coronavirus. Tras de sí, esta etapa, ha dejado una serie de costumbres que están arraigando fuertemente en los hogares. Podemos decir que el teletrabajo es uno de estos cambios característicos que vinieron para quedarse. Al principio esta novedad entró abruptamente y se configuraron oficinas en casa de las maneras más peregrinas. Si bien es cierto que lo más importante ya lo teníamos (el ordenador portátil) poco a poco hemos ido afinando la configuración de la oficina casera. Hoy en día surgen en cada hogar maneras personales de hacerse uno su propia oficina con características propias de una casa y particularidades del lugar habitual de trabajo. Veamos donde y cómo se unen ambos conceptos.

Cómo debe ser la oficina en casa

La oficina es para trabajar. Es donde hay compañeros, colegas, despachos, salas de reuniones y máquina de café. Cerca suele haber un bar donde podremos disfrutar del menú del día.

El hogar es para la vida familiar. El ritmo es distinto y las responsabilidades diferentes. Hay hijos e hijas, esposos y esposas, abuelos, mascotas y lugares ideados exclusivamente para el descanso.

En la oficina todo el mobiliario es práctico. No siempre será algo donde uno pueda elegir en base a cuanto de nosotros mismos refleja tal o cual lámpara o tal o cual sillón. Todo tiene una utilidad y muchas veces se sacrifica lo estético por lo práctico. Esto todos lo entendemos y así lo acatamos.

Pero hete aquí que irrumpe un virus que se expande mundialmente y nos vemos obligados a recluirnos en casa. Tras unos meses de pánico, debemos ser responsables y seguir dando servicio a los clientes en la medida de las posibilidades de cada mercado.

Para muchos fue un momento en el que el mundo del trabajo y del hogar desdibujaron sus fronteras y se encaminaron hacia una simbiosis que no siempre sería plato de buen gusto para todos.

Para que los dos conceptos entrasen en armonía en nuestras casas, ha hecho falta hacer un pacto: la oficina no puede conquistar el espacio y el tiempo destinados al descanso y la familia. Las particularidades del hogar no deben impedir la concentración y la optimización del tiempo destinado al trabajo.

En resumen, para poder trabajar desde casa, un hogar debe parecerse poco a una oficina, pero disponer de características prácticas similares. Sin embargo, en una oficina en casa se debe poder levantar la barrera que diferencia ambos espacios siempre que sea necesario.  

En cuanto el espacio en sí que se recomienda para trabajar de forma cómoda en casa es de al menos 2 metros cuadrados. Esto no quiere decir que coloquemos biombos para hacer un cubículo y aislarnos del mundo en su interior. Disponer de espacio propio quiere decir que podamos movernos de forma cómoda sin sentirnos constreñidos ni agobiados. Debemos evitar también que trastos u objetos ajenos a nuestros útiles de trabajo invadan el espacio que utilizamos nosotros mismos.

Alguien muy sabio y no poco atento al detalle ha dicho sobre las alfombras que es mejor evitarlas ya que la electricidad estática choca con el ordenador. Lo dicho, evítese todo tejido productor de este tipo de electricidad.

En cuanto al ambiente que nos rodee, el ruido debe al menos no superar los 55 decibelios. Asimismo, la temperatura deberá regularse entre los 17 º y los 27 º

En cuanto a la iluminación esta debe ser de luz cálida y no blanca.

El punto de luz debe ser uniforme y centrado en el lado opuesto al dominante. Esto es, si somos zurdos, pongamos el punto de luz a la derecha y viceversa.

El escritorio en el hogar

Una vez que hemos interiorizado esta serie de recomendaciones, lo más inteligente es empezar a centrarse en la configuración de la oficina en casa. Si ya hemos dispuesto el espacio necesario y el ambiente lo hemos adecuado a las prerrogativas vistas con anterioridad, entonces estamos preparados para elegir la mesa. La mesa de escritorio es esencial para un trabajo cómodo desde el hogar.

Aquí se descartan las mesas de oficina habituales. Ninguna de esas mesas tiene la propiedad de combinar con ningún hogar ni por similitud ni por contraste. El escritorio es lo más cercano a una mesa de oficina que admite un hogar que quiere proteger su identidad y su carácter.

En nuestra tienda online de Camino a Casa tenemos algunas propuestas muy interesantes que pueden adaptarse a cualquier hogar. Combinar distintos materiales que vayan más allá del tiempo y la moda y no se vean subyugadas a lo convencional haciendo alarde de estilo propio y personalidad es la idea fuerza que caracteriza la producción de nuestros muebles. Los escritorios y las mesas de estudio son también aquí muebles que representan al cien por cien esta idea.

Si buscamos una mesa que sea discreta pero que tenga una superficie adecuada en tamaño, nuestro modelo Cruz es la mesa que buscas. 120 x 75 cm con acabado en blanco lacado y patas metálicas en aspa. Además, cuenta con un cajón frontal par almacenaje.

En consonancia estética con el modelo anterior encontraremos el modelo Unmade. Sencillez nórdica por los cuatro costados sin renunciar a la calidez hogareña que le confiere la madera de abedul.

La sofisticación viene de la mano de nuestro modelo Peaks. Madera, vidrio y metal se aúnan en una superficie útil de 130 x 65 cm. Una balda de cristal templado bajo la madera esconde con discreción un espacio para almacenaje.

Por último, el modelo Transparente da lo que su nombre anuncia. Una mesa enteramente fabricada en cristal templado que se mimetiza en el espacio que ocupa. Pero no por ello desaparece, sino que imprime carácter a la estancia donde esté situada por lo moderno y llamativo de su diseño.

A modo de conclusión diremos que hay una mesa para cada estilo de hogar, cada estilo de vida y cada familia. Si el trabajo desde el hogar ha llegado para quedarse, sólo nos queda lidiar con ello de la manera más armoniosa posible. Aquí, en Camino a Casa te ayudamos a hacerlo posible.