¿Conoces el cuento de Nasrudín?
Nasrudin se encontraba dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. Pasó por allí un vecino y le preguntó:
– ¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa?
– Sí, estoy buscando mi llave.
El vecino se quedó con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasó una vecina.
-¿Qué estáis haciendo?
– Estamos buscando la llave de Nasrudín.
Ella también quería ayudarles y se puso a buscar. Luego, otro vecino se unió a ellos. Juntos buscaron y buscaron. Y al rato de buscar, un vecino preguntó:
– Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo, ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?
– No, dice Nasrudín
– ¿dónde la perdiste, pues?
– Allí, en mi casa.
– Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí?
– Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura.
Nosotros, como Nasrudín, sabemos que la llave de nuestra verdadera felicidad está en nuestro interior, en nuestra propia casa.
La importancia de iluminar bien nuestra casa influirá en nuestro estado de ánimo. Pues la iluminación es tan importante como el orden en una casa o los colores que elijamos para cada estancia. Cuando te sientes a gusto en tu casa, sientes la serenidad y la paz del hogar, y desde este estado de tranquilidad es desde donde podrás disfrutar de tu propia casa, de tu propia felicidad.
En Camino a Casa siempre decimos, tu casa debe hacerte feliz, porque tu casa eres tú, los tuyos y la máxima expresión de tu personalidad.
¿Sabes que es lo que más nos gusta en Camino a Casa? Que nos permitas ser partícipes de acompañarte en ese proceso de decorar e iluminar tu hogar. Lo más satisfactorio de nuestra profesión es iluminar miradas y ver a personas, familias, parejas, ilusionadas y felices decorando sus casas y construyendo un hogar.