Uno de los momentos más importantes tanto para los padres como para los hijos, sobre todo para estos últimos, es el paso de la cuna a su propia cama. Es muy importante ofrecerle un colchón adecuado que le permita tener una buena calidad de sueño y que ayude a evitar riesgos como problemas de columna, problemas respiratorios o alergias.

Muchos padres cometen el error de elegir el colchón de sus hijos porque tienen colores y diseños bonitos o simplemente pensando cuál es el mejor para que salten encima.

Otro error muy común es pensar que los niños pesan poco. Tanto los bebés como los niños y jóvenes están en edad de crecimiento y desarrollo de la columna, con lo cual es importante que tengan una postura y un descanso correctos. Además, como todos ya sabemos, en muchas ocasiones es inevitable que salten en la cama, sometiendo al colchón a presión.

Con el paso del tiempo, los niños terminan creciendo y por tanto, el colchón que antes era adecuado para ellos, deja de serlo debido a que su peso y nivel de resistencia va cambiando continuamente.

Para el caso de los bebés, siempre se ha recomendado que el colchón sea suave, con una adaptabilidad media y con una firmeza alta. Con ello, conseguiremos evitar problemas en la columna vertebral o que puedan hundirse en el colchón dificultándoles la buena respiración. Otro dato a tener en cuenta es que el material con el que esté hecho el colchón debe de ser hipoalergénico ya que a esas edades son muy vulnerables a padecer alergias debido a que poseen unas defensas muy débiles. Además es importante que el colchón pueda desenfundarse para así poder mantener una mejor higiene y eliminación de los ácaros. Un colchón que cumple con estas condiciones sería un viscoelástico que evitará que el bebé no tenga puntos de presión en ninguna parte de su cuerpo.

Cuando hablamos de niños de a partir de 3 años, la mejor opción es un colchón de muelles con un acolchado de viscolátex que le proporcione una adaptabilidad media y firmeza alta. Tenemos que evitar los colchones blandos o con poca firmeza como son los de látex que podrían dificultar el buen crecimiento del niño. La firmeza deberá ser mayor o menor dependiendo del peso del niño.

Conforme el niño vaya creciendo y desarrollándose, deberemos de ir cambiando su colchón de forma que la firmeza del mismo se adapte a su peso y a sus características. Cada niño es único y posee unas cualidades diferentes.

Siempre hemos dicho que el descansar bien es muy importante para nosotros y por tanto debemos elegir el colchón que mejor se adapte a nuestras necesidades para tener una buena calidad de sueño, ya que pasamos una parte de nuestra vida durmiendo. Debemos de pensar que los niños pasan todavía más tiempo que nosotros descansando ya que son cuerpos que están formándose. Por ello es mucho más importante que les proporcionemos un colchón que les ayude a conseguirlo.

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