Camino a Casa colabora en este magnífico proyectos de Estudio AMÁSL, en el cual aportamos mobiliario acorde con el espíritu minimalista del proyecto.
La vivienda, situada en el corazón del barrio de Chamberí, presentaba una distribución caótica que generaba largos recorridos y habitaciones pequeñas y con poca luz. Para corregir esta distribución al mismo tiempo que se atendían las necesidades de los nuevos inquilinos se establece una separación entre la «zona pública» de la vivienda, agrupando recibidor, cocina, comedor y salón en un único espacio longitudinal; y la «zona privada» de la vivienda, aglutinando los espacios de dormitorios y baños en un ala diferente.
Cobra una especial relevancia el tratamiento de la luz, dotando no solo de una mayor luminosidad al proyecto sino también jugando un papel esencial en la forma en la que se perciben los espacios, enfatizando la horizontalidad mediante el uso de dispositivos LED y creando ambientes diferentes según la hora del día o el uso del espacio.
Otro de los objetivos del proyecto es el de generar un sentido de lienzo en blanco, sobre el cual los nuevos propietarios puedan definir en el carácter de la vivienda con el paso de los años, a través del uso de una paleta de tonos neutros y acabados minimalistas en los materiales.