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Adiós oscuridad, hola lámpara de techo

Que necesitamos luz artificial en nuestras casas sobra decirlo. Pero nos horrorizaría ver una simple bombilla colgando de un cable tanto como contemplar en un piso moderno la lámpara de cuentas de vidrio heredada de la abuela.

Comprar una buena lámpara de techo, que ilumine como debe y que además sea vistosa y añada un poco de sofisticación a la estancia es lo natural. El esfuerzo que hacemos para decorar a nuestro gusto el resto de nuestro hogar no merece menos. Las personas queremos estar rodeados de belleza y cada detalle cuenta. Un elemento descuidado en casa lo único que va a hacer es molestarnos cada vez que lo miremos.

¿Cómo llegó la lámpara de techo hasta nuestros días?

Su evolución es tan natural como lo es la tecnología que había disponible en cada momento de la historia. El hombre ha tenido que adaptar las lámparas de techo a sus propias necesidades. Pero no vamos a referir aquí las distintas técnicas de iluminación artificial desde el neolítico porque en aquella época no había necesidad de suspender una lámpara en el techo de una caverna.

Se empiezan a suspender luminarias en los techos cuando el espacio de los lugares empieza a ser más amplio. Por ejemplo, donde una multitud de personas se reúne. Cualquier templo donde se adorase a tal o cual dios de forma comunitaria era ese lugar. Fue en ese momento en el que se necesitó expandir la luz utilizando los mínimos recursos posibles. Estos recursos bien podían ser aceite o grasa animal. Posteriormente aparecieron las velas de cera natural. El hecho es que, para aprovechar al máximo la potencia lumínica, era necesario centrar su ubicación en el medio de la estancia y elevar la luminaria para expandir al máximo su efecto.

La lámpara de techo comienza siendo un candil que, por necesidad, es elevado hasta el techo. Así de sencillo es este proceso.

El mismo concepto durará a través del tiempo hasta nuestros días: un foco de luz centrado y elevado hasta el techo. Tan es así que aunque las posibilidades de iluminar una vivienda se hayan multiplicado gracias a la electricidad, la lámpara del techo no ha cambiado sustancialmente. Es el mismo principio con una fuente de energía distinta.

El diseño en las lámparas de techo

En cierto modo, desde que empezaron a elevarse luminarias de arcilla o vidrio con cadenas al techo, el diseño siempre estuvo presente. El artesano no sólo fabricaba un producto útil sino también bello en sí mismo. Desde dibujos a base de incisiones en la propia arcilla hasta lámparas forjadas en la fragua del herrero. Esto siempre ha sido así porque la demanda ha existido.

En la actualidad los estilos y gustos son distintos a los del pasado. Ha ocurrido lo mismo con los materiales empleados. El progreso ha hecho que la materia prima haya variado y las posibilidades se multiplicasen. Los diseños que hoy son una realidad hubiesen sido imposibles de realizar con los materiales de antaño. La consecuencia lógica es que, si las posibilidades de llevar a cabo un producto son más fáciles, la creatividad se dispare. Así ha sido desde la invención de la electricidad que ha hecho posible que la propia bombilla suspendida de un cable ya fuese en sí una lámpara funcional.

Pero en el siglo XX es cuando el diseño llega a todos los ámbitos de la producción de bienes para poder diferenciarse y lograr aumentar las ventas. El cliente, adquiriendo un objeto diseñado por profesionales adquiere, además de algo que cubre una necesidad, un objeto por el que transmite su propia personalidad.

Comprar una lámpara de techo se convierte así en un acto que va más allá de la iluminación. Comprando una lámpara de techo adquirimos intangibles como prestigio, sencillez, estilo, sofisticación y un largo etcétera de emociones que queremos proyectar para sentirnos lejos del imperio de lo habitual, aburrido o vulgar.

Eligiendo lámparas de techo

Como para todo, elegir y comprar la lámpara de techo más adecuada depende de varios factores. Pero como nosotros somos expertos, no vamos a dejar que te adentres en nuestra tienda online sin saber lo necesario.

Según la estancia

Cada estancia tiene unas necesidades distintas. El salón puede ser amplio y quizá el comedor esté integrado en él. Lo más aconsejable en este caso es iluminar las dos zonas de forma separada para crear dos ambientes distintos. Quizá en el salón una lámpara que expanda la luz y otra ubicada sobre la propia mesa del comedor. Esta última puede focalizar la luz para alumbrar la mesa y a los comensales únicamente.

En el caso de querer iluminar una habitación pequeña y de techo más bien bajo, lo más indicado es colocar una lámpara lo más pegada al techo posible y que al alumbrar no deje ni un rincón en sombra. Estos serían los dos parámetros más importantes. A partir de aquí, el propio cliente puede juzgar por sí mismo.

La variedad de nuestra colección de lámparas de techo

Lo que debemos hacer en primer lugar es invitar a todos los que buscan una lámpara de techo contemporánea a que visiten nuestra tienda online. Aquí encontrarán una extensa colección de modelos todos ellos perfectos para los propietarios que quieran dotar de personalidad sus casas.

Con preponderancia del estilo mid century, cada una de nuestras lámparas de techo está pensada para lucirla y no dejar a nadie indiferente. Modelos como Stars o Hoops están pensadas para ser las protagonistas del salón.

Para focalizar la iluminación sobre la mesa del comedor, nada como el modelo Estory. Un aire retro para los amantes de estilos pretéritos con marcado carácter.

Otra pieza que a nadie se le pasará por alto es la lámpara Beyond. Este singular modelo es especialmente actual por su diseño de estilo industrial. Cinco tulipas de cristal unidas en un zigzag metálico de elegante acabado dorado. Así y todo, es una lámpara ligera a la vista que no recarga en absoluto.

Hasta aquí hemos llegado con nuestras lámparas de techo. Ahora es tu turno. Adéntrate en la tienda online de Camino a casa y elige los modelos que tu hogar necesita.